lunes, 8 de abril de 2013

Escrachear

Pues a mí los escraches esos es que no me dejan vivir. 
A uno de los que más temo es al
"escracheeléctrica", que me tiene a oscuras y pasando frío. Eso sí, hay una solución mágica, agachar la cabeza y pagar el recibo abusivo de la luz. Pura magia.
El escrachéo más oscuros y sangrantes me lo proporcionan los notarios, jueces, abogados, procuradores, registradores, recaudadores...
Estos correveidiles, celestinos de turno, son los escraches que emparejan sin resquemor desgracias ajenas con beneficios propios y casi siempre amparados y ayudados por políticos y funcionarios corruptos.
De veras, todos estos escraches de alto rango, me acosan constantemente, se meten en mi vida privada, me la gestionan a su conveniencia, pisotean mis derechos, me anulan toda capacidad de actuación, constriñen mi persona, coartan mi futuro, en una palabra me joden la vida.
Me escrachea el banquero, que actúa, no nos engañemos, bajo la voz de su amo y no digamos la escrachez exquisita  de los bancarios que como son con los que más trato más me escrachean en vivo y en directo.
Por estas y otras razones últimamente no paro de preguntarme: ¿Dónde hay que apuntarse para ir a escrachear?, porque tengo todo el tiempo de mundo y una mala leche comparable sólo con la que tienen los que están en mi misma situación.
Vosotros los que tenéis el estómago a pleno rendimiento, la luz pagada que no apagada, la nevera llena, los estudios de vuestros hijos pagados, no tenéis enfermedades crónicas, vuestros mayores sin el agobio de tener que mantener de nuevo a sus hijos y nietos...
Vosotros me diréis que me hubiera administrado mejor, que hubiera conservado mi trabajo, que hubiese pagado mi hipoteca y si además en vez de haber comido tres veces al día lo hubiese hecho una sola vez como los perros, pues eso, que ahora estaría tan ricamente.
¡Alegraos de que aún no se haya instalado el rencor en vuestras vidas!.