Hipocresía eclesial
Sólo son pecados veniales, mi amor, las hermanitas franciscanas no pretendían engañar.
Recibían comida del Banco de Alimentos de la Beneficencia y la servían como menú en la residencia universitaria femenina Madre Teresa Rodón.
O sea, que la comida que tenían que repartir entre los pobres, estas monjitas se la daban a las niñas ricas y ¡a qué precios!...
Pobres niñas ricas y pobres pobres que se quedaban sin almuerzo...